El universo es esencialmente vacío

El dolor es ausencia de sonido, aunque lo agudice el ruido, ahora busca aquella luna de la infancia a la que pedía, no le llamaba rezar, el escritor intenta conocer la manera de ayudar, pero solamente encuentra la palabra como desahogo, escuchar al político construir soluciones con los resultados en mente, es oír para adormecerse, hablan y hablan, algarabía, ruido de golpes en el pecho, centellean dientes mostrados al contrario, ¿cuando se supone que están trabajando solucionando problemas?, ahora cae la luna despeñada entre las montañas, se reúnen alarmados, alarmando, no han hecho su parte, piden y piden, la gente hace y hace, unos no, otros sí, la mayoría se levanta, no caen ante la duda, necesitan ganarse la vida, hay quien también lo necesita pero no se la dejan ganar, no le pagan por su trabajo, mujeres, a miles, a millones, levantan el país, no se les recompensa el sudor de su frente, la luna estará, la imaginaremos en otro lugar, ella solamente sabe mirar, nosotros siquiera lo que se coloca delante nuestro, ciegos, sordos para lo que no nos incumbe, el escritor quisiera conocer la manera de ayudar, el mundo se le hace grande, no encuentra aquella luna que contestaba con sinceridad,  aguantar por miedo hasta que suceda algo grave, aplaudir a las ocho de la tarde,  el escritor se imaginaba la inconsistencia humana, la idiotez de caminar hacia el abismo, vuelve con su cara naranja a rozar las aristas de suelo de aquella sierra de la que desconoce el nombre, la sueña, le habla para no atropellarse con el pensamiento, es él o se siente de nuevo pequeño, mínimo, lo cual le construye  parte, célula, él no aplaudió, rema, escribe frases que se anudan en un ovillo, es inútil, nadie lo escucha más que un pequeño universo que lo contempla a él solo, un orbe detenido ahora en pleno plenilunio, sonriente, vuelve a pedirle, se siente como se le desinfla la ansiedad, los problemas del mundo se apiñan en montículos inmovibles, el universo es esencialmente vacío…