Cuando una multitud se constituye
la propia aglomeración causa mortandad,
del mismo modo los gérmenes de la necedad
se desarrollan con efectos incalculables,
si se lograran aislar en un laboratorio
y consiguiéramos la reflexión personal,
intransferible hecha con moléculas de cordura
con gramos de acuerdos, y respeto al prójimo,
la colectividad habría sido el mayor invento natural.
Una respuesta a “Aislar el patógeno.”
Me gustó.
Respeto es imprescindible.
Como cantaba Aretha Franklin…
Un abrazo María.
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