¿Quién hace por nosotros lo que no queremos?

 

No se devuelven los días desperdiciados

no existe una sección en un apartado ministerio

donde aquello que no intentamos se amontone

esperando a que volvamos a reclamarlo,

se disuelven las quejas y los monótonos agobios

en los segunderos que rezan por nosotros,

mientras exista una vida y el empuje interno

el tiempo nos surtirá de oportunidades

para volver a dilapidarlo si lo deseamos

o a cogerlo de la solapa y arrastrarlo,

o gritar a esos fantasmas

que nos arrebatan las ganas

por equivocarnos,

o  pronunciar las palabras miedo a dejarnos

cicatrices en la piel o el alma.

 

 

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