Empiezo a andar
a observar la atmosfera que me rodea
y el sufrimiento me cambia el paso,
como cuando comencé a explorar la ignorancia
con las gafas de ver de cerca,
se asemeja tanto a la incultura
aunque necesita mucha constancia
colocando los ojos en blanco,
una dosis no pequeña de maldad
escamoteada en sonrisa o lamento
y mucha palabrería con grito
para que se introduzca como la sarna
bajo nuestra piel de mamífero blando…