Viejas y calvas cabezas
que de jóvenes rimaron
tras los pulsos con la vida
relegaron las palabras
con las que compusieron fuego,
hoy están por la sobria
y pueril estrategia
de almacenar dinero
para comprar la tumba más lustrosa,
es que los años pesan
y alimentamos al miedo
hasta hacerlo compañero,
lo peor: tememos perderlo
si nos damos al verso,
que no me encuentren
entre los que cumplen
años y huecos,
volaré más,
más cada día,
todos los segundos
más…,
las cadenas
cumplirán años
los vínculos, los muros
más joven será mi confianza
pondré a mis pies
en la tarea de la ligereza
y porque ya hubo un Aquiles
y no podría adueñarme del mito.
No sé si lo dijo
pero se lo cedo:
lo que se quedó atrás
allí flota,
y yo aquí navegando.