El adverbio de cantidad se interrogó
por el cambio de lugar del de lugar,
al exclamativo le ganó la duda
todo adverbio relativo afirmó rotundo,
no hubo ninguno de tiempo que supiese el día
en el que comenzaron los de modo
a saltarse las normas,
¡son las locuciones adverbiales!, llamó al orden
la lengua antes de morderse la lengua,
y ese silencio que se escuchaba por los rincones
les llevó a la pista, no entendieron nada,
una voz callada explicaba al vacío de la sala:
la cárcel del diccionario está construida
para que amemos la libertad de las palabras,
siguieron a su ritmo, cadencioso,
hablando de verdades con mentiras
de realidades con quimeras
de sentimientos con palabras muertas.