Mi personal repelús sobre el conservadurismo.

Ser conservador, en diversos estudios científicos se ha relacionado con una predisposición genética, igual que ser progresista, parece que los polos enfrentados han hecho que el ser humano haya conseguido mantenerse y extenderse en unos miles de años por la totalidad del globo terráqueo, logrando cambiar lo justo para adaptarse a nivel general pero produciendo muchas penurias a nivel individual porque no es el cometido de la naturaleza que todos y todas consigamos vivir aceptablemente. Como cualquier ser vivo de los que pueblan la tierra, nuestra función es aguantar lo suficiente para que la siguiente generación salga para delante, ni más ni menos, lo demás lo hemos añadido porque nos aburrimos y debemos ocupar el rato por las ganas de vivir unos años más a costa de lo que sea. A tenor de las pruebas, la polarización ha resultado efectiva si hablamos en términos únicamente de éxito como especie, ganando siempre a nivel general el conservadurismo, y consiguiéndose mejoras individuales, muy lentamente y a niveles particulares  que a veces se generalizan, gracias al progresismo.

Desde el punto de vista filosófico o político el conservadurismo está sustentado por una mentira, la de que cualquier tiempo pasado fue mejor. No ha existido ese tiempo, es una imaginación, un recuerdo edulcorado, hay momentos, días, horas, incluso épocas mejores y otras peores, pero no son las mismas para unos que para otros, por ejemplo, en una dictadura terrorífica como la que vivimos en España hay gente que vivió incluso bien, la mayoría regular, otras mal o muy mal, y según el año, el día, o el momento. Sin embargo es imposible encontrar en la historia de la humanidad un época que fuese en general y objetivamente buena, si la creemos haber encontrado siempre es un relato bastante sesgado y una ponderación de interpretaciones que suelen estar mirando a las personas acomodadas, y ni siquiera estas siempre han vivido mejor, un rey por muy rey fuese con un dolor de muelas, o una apendicitis en el siglo diecinueve, dieciséis…,lo pasaba muy mal o moría igual que un plebeyo, rabiando, o las mujeres, reinas o no, morían en los partos en una proporción elevada, igual que los niños que no llegaban a los cinco años en su mayoría, y esto que estoy contando como si hubiera quedado en el pasado  sigue ocurriendo en diversos lugares del mundo, toda la historia de la raza humana sigue aquí, hoy, en algún sitio, lo que se te ocurra, el patriarcado universal y transversal, la esclavitud, el no acceso de agua potable, la persecución por ideas religiosa, por el color de piel, por la raza, el hambre, la violencia machista, homófoba… 

El conservadurismo no es el fascismo, o el facha tipo de este país, esos son otro tipo de personas, no tienen mucho que ver con las ideologías normativas, son fundamentalmente malas personas que se valen de los que piensan poco, tienen poco pensamiento crítico, y no saben ni de lejos que es el método científico, además de muchos conservadores  desorientados, para arrastrarlos en sus argumentos que desde tiempo inmemoriales son los mismos, el miedo al diferente (racismo y xenofobia con sus cinco fases, distinguir, clasificar, fragmentar, jerarquizar, y denostar), la parte mala de la religiosidad, el patriotismo, la violencia, etc. 

El conservadurismo es una forma de afrontar la vida impregnada de sensaciones neutras  y naturales a priori, el miedo y el querer ir hacia atrás. Y esos argumentos que se añaden, por ejemplo, de que la juventud de hoy son de esta manera, en mis tiempos hacíamos esto mucho mejor, son completamente una falacia, un estado de alucinación. 

No creo que haya una única solución, y que los múltiples caminos que nos quedan por recorrer sean fáciles. Pero la única esperanza está esperando en el futuro, lo que podemos aprender del pasado es lo que no deberíamos repetir, ser progresista es lo que podría salvarnos, escoger otras bifurcaciones en los cruces, hacer las cosas de otra manera porque empecinarse en lo mismo sabemos a lo que nos conducirá, ya ha pasado, ya está ocurriendo, ha habido guerras mundiales, civiles, sigue habiéndolas, por qué repetimos las mismas ideas, las mismas creencias, los mismos ideales, sin cansarnos, hasta la extenuación, intentándonos convencer de que hubo una época en las que funcionaron.

Solamente nos queda la esperanza, la juventud de hoy o de mañana, a la que educamos los adultos de ahora, somos su referente, por lo tanto deberíamos mirarnos a nosotros mismo y no criticarlos tanto, intentar cambiar el presente, nuestras ideas conservadoras, las tradiciones que no sirven para nada en el mejor de los casos, aquello que se ha hecho toda la vida, echarle un poco de imaginación y caminar al futuro, todavía nos queda margen de mejora, no somos piedras que allí se quedaron cuando se formaron, somos de hoy, este es nuestro tiempo, dar pasos hacia delante y ser referentes, no lastres que no se puedan mover y ahoguen el avance de las nuevas generaciones.

2 respuestas a “Mi personal repelús sobre el conservadurismo.”

  1. Estupendas y necesarias reflexiones. Para pensar. Un saludo.

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    1. Gracias, son reflexiones en voz alta nada más, un saludo.

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