Los lustros me adormecen con su rutinaria explosión
entre la isquemia de las emociones el frío es intenso,
.
la luz que se levanta cada día menos temprano
me espera con la taza de café enfriada por el desapego
fría y desleída, titubeante, con el tremor
de la entrega alborozando lo sinuoso, lo temido,
.
la tostada y yo sentados, juntos, viendo el suelo
nada nos despierta para comenzar el día nuevo
nada nos emociona para situarnos cada uno en su lado
construyendo el viejo mundo en su poco original ladrido,
.
en cuanto cada quien, cada cosa, cada anhelo
están de nuevo aquí, se han despertado
levantándose en la irrealidad, me siento espléndido
y despierto, despierto que entretanto duermo
aquello que pregunto se esconde bajo el suelo
lo real está tan relleno de ausencia que me desmorono
con esos pedazos de mí construyo el misterio
con él soy agua fluyendo dentro del anhelo
soy yo más detenido, desposeído, que explicado.