La existencia, resistencia y duda
esas partes iguales que nos parten,
la certeza es el ancla de las inseguridades
coto para detenernos en la caza al hueco,
esa iglesia de sacerdotes desdibujados
nos corrompe las ganas de vida
aquellos rezos en la puerta del sollozo
solidificaron cualquier atisbo de alegría,
nos controlaron para resignarnos
nos engañaron con la tonta esperanza
y cuando se acerca la muerte sola
de puntillas, agazapada entre el telón
nos desafía, juega entre los dedos
lo aprendido se licúa en lagrimas
los recuerdos afloran como un manantial
y no sirve la creencia, no sirve la nada,
no sirve la ciencia, no sirve la nada
seguir, seguir, andar, reanudar el paso
de frente, a veces de espaldas, de lado
es difícil, para eso estamos construidos,
para sentir, emocionarnos, doler, disfrutar
como arietes golpeando puertas
como toboganes trasladando traseros,
es esa ley de vida que nadie nos enseñó
hurtándonos días que se fueron
en los que no nos atrevimos…