El consumo es un modo activo de relacionarse, es un modo de creencia y esperanza sobre los objetos…(Baudrillard)

Dejó dicho que la creencia sobre el hecho triunfaría

la ilusión sobre la verdad, el mito sobre lo racional

nos dejó en la confusión que nos produce la soledad,

y para rellenar el vacío de su egregias palabras

nos lanzamos al mundo con la ansiedad por bandera

a conquistarlo convirtiendo objetos en basura

las condiciones laborales, una antena parabólica

los sueldos, los viajes, los suéter de manga larga

las zapatillas para la playa, la comida

los abrazos, un beso, el bozal sin sonrisa

la cerveza, el deporte, una masa arbolada

una sombrilla, loción para la barba

las opciones de igualdad, la conciliación

un sonajero, una botella de lejía, una silla

el mundo es el basurero de las mil caras,

Allí, aquí, en nuestro solitario y aburrido hogar

dejan los objetos de tener importancia,

se vuelven como nosotros, un obstáculo

debemos sortearlos para alcanzar ningún sitio

el pequeño cubículo no nos deja desarrollarnos,

pero aún así son los únicos que nos acompañan,

salimos a las calles buscándolos entre estanterías

para saciar una necesidad que no conocíamos,

y al llevarlos a casa con esa alegría novedad

les buscamos un lugar que no existía

un tiempo que no teníamos

una vida que terminó siendo suya.

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