Así es como el mundo se acaba No como una explosión si no como un gemido (T.S. Eliot en el poema los hombres huecos).

De final indoloro estarán las angustias construidas

sin repasos ni abordajes a un interior carencia,

Mejor el ruido, las palabras necias en ojos vidriosos

peor la paciencia, el reconstruir un discurso,

Esa especie que se autoconcedió la orfandad

como premio a su desidia, a su mano asiendo el ciclón

se autoabjudicó gracias y dones, acabar en el reparto

de un abandono, de un páramo, de un solar de chirimbolos

y como premio de consolación, ganarse el hueco

la tierra húmeda, el suelo seco, la voz asustada, el grito tibio.

Esa especie construyó el camino que la llevaba al precipicio, al cadalso, milimétricamente, con todos los cálculos realizados, no se le escapó nada, hasta el dinero que se pierde en la corrupción, estaba tan bellamente ejecutado, hizo falta la sabiduría del mundo, nadie se podría resistir, lo siguieron…

A %d blogueros les gusta esto: