La importancia de clavar bien la punta del compás

Partimos a visitar el fin del mundo

y como el mundo es circular

el fin del mundo es de donde partimos,

por el camino, en todo lugar

estuvimos acompañados de nosotros mismos

jamás abandonamos el comienzo .

Un desierto, un día conocí un desierto

se parecía al mío, a la verdadera polidipsia

y otro la selva más inhóspita,

una terraza con  muchas macetas,

y más tarde una pequeña ciudad

de asfalto duro  como una dentadura

en ella evoqué la tarde que comencé 

a montar por la calle lisa en bicicleta.

El mundo era el mismo que el imaginado

pero aún más dolorido y descarnado

me fui a mi cubil, a mi centro

a un refugio que siempre me acompaña

mi pecho blando, roto, y quieto

y desde allí miré, comprobé, deshice

hasta que aprendí que nunca dejé de andar

ni en los días que no me había levantado.

¿Será responsabilidad del tiempo?

La necesidad de alejarnos

para encontrar a lo lejos

después de tantos años

con la sorpresa sobrepasada

el punto de comienzo

al que no reconocemos.

¿Cómo se llama este juego?

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