Me sincero ante el espejo

Me confieso ante mi reflejo cóncavo en una cuchara

disimulando la voz bajo el borboteo de la máquina del café

terminando el tríptico, escuchando la palabrería de la radio

dándome la razón, 

el sol se ha despertado tarde como yo

el día ya había comenzado sin él, sin mí, sin avisarnos

se lo explico, y el astro rey, ante mí sentado

afirma, tomándose la tostada, es verdad

la noche se fue mientras dormíamos 

al semblante oculto de una tierra que no espera, 

He de confesar ahora en el silencio

apagado y expectante que yo he creado

que he fracasado,

nunca más me llamaré escritor

por saber juntar letras,

los demás me miran y sonríen

y el sol me replica para qué quieres serlo

si nacimos con el afán oculto

y la llama encendida,

que mal hacemos,

dejémonos de nombres

que no cambian lo que somos,

cada cual duerme consigo,

Mi confesión, como pretendía

no cambia ni como veo la luz del día

con esa espuma que lava las sombras

ni el espejo en que se convierte la cuchara

que me muestra quien soy con fidelidad, 

pero cuando llegue la tarde y sus discursos

me habré preparado para respirar sin vocación

descansado de un yo mismo que me oprimía,

Volveré a intentarlo, 

conseguiré de nuevo naufragar

o como mal menor

mantenerme titubeante

algún día más.

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