Me gusta creer que las cosas ocurrieron como las recuerdo
y no como fueron en la realidad
porque pienso que lo real no es capaz de explicarse,
añado pasajes que deberían haber sucedido
la vida es mala recitando historias coherentes
necesita un empujoncito para llegar a ser seductora,
mucha de ella transcurre con nuestros ojos cerrados
porque preexiste el miedo al malestar o el miedo a disfrutar,
nuestra experiencia a la que llamamos real es de maquillaje espeso
la desnudez de una imaginación que aparentemente se encuentra vacía
equivocándose continuamente con las preguntas,
la vida se plasma en los minutos que un minuto después olvidamos
es aquello que intangible se escapa con cada inspiración
y que podríamos contar como un drama o una comedia
o guardar en cualquier formato y seguiría siendo cuento,
rememoro completando aquello que impreso en mi memoria
registro y doy mis versiones todas verdaderas,
exploro y pienso que aquello me servirá para controlar
lo que suceda, y no, me voltea de nuevo el mismo golpe,
la memoria y las absurdas preguntas
no son para conocer el mundo y su pasado
solo sirven para valorando su conjunto conocer y atribuir el yo.
Me cuento cuentos para ver si me encuentro.
