Aquí aporto las mías,
unas meras suposiciones
me duelen como si las quisiera,
una ruta, un retumbo, una explosión
y de repente se convierten en tormenta
que rezuma infección sanguínea,
se desplazan con la terrible velocidad
con la que el arrojo se desvanece
al sentirse aplastado por el vacío,
muchas se repiten, me las coloco
como una camiseta antigua,
otras las estreno
me engendran anarquía,
es difícil manejar una desgracia nueva
y a la vez confiere arresto y expectación,
a veces las explico como si a alguien les importara
son aberrantes formas de no sentir el infinito
lo ausente, la nada que nos fulminará las zozobras,
ese terror a la tranquilidad
y al sentir de cada segundo del tiempo
nos abandonará por otros tan parejos,
siquiera yo ya las tomo en serio
y son más mis células
que mis átomos más cabales.
Mi vida ha estado llena de terribles desgracias, la mayoría de las cuales nunca sucedieron. (Montaigne)
