La economía es la guerra continua del capital por conquistar su área política de poder, como soldados son usados los pobres. Y sin embargo debemos valernos de ella para conseguir la equidad. El problema se soluciona recorriendo las arterias que proporcionan oxígeno al cuerpo, sabiendo que donde se ubica la fortaleza encontraremos la debilidad. Alejándonos no se solucionamos nada. La economía puede, y debe ser sostenible. Nos llevan milenios de ventaja, pongámonos a ello, la razón asiste al género humano, todos nacimos con la libertad para decidir, no le tengamos miedo.
La clase media vegeta
entre todas las indiferencias
se adhiere al objeto y a su necesidad
y se reconforta con apariencias,
contempla el viento transitar
su creencia es la que le dieron
su palabra un candado
y el tiempo una cuenta,
¿y entre tanto?
Se producen las bajas
gentes caen por el abismo sin fondo
puede que trincheras
que sombrean el suelo quemado
de una guerra detenida
contra el crecimiento
y sus consecuencias,
silenciosa, una especie de gas
nos cabecea, qué trabajo nos cuesta
ahondar en la lucha incruenta
y derribarlos de sus peanas.