Cuando niño conocía sin conocerlo
esta rama hueca que nos une la vida
al corazón y a la sangre de la tierra,
viajaba entre realidades con fantasía
saltaba con muelles de sonido
balaba como las ovejas
cuando cruzan el camino,
a estos ojos pequeñitos le salían piernas
y visitaban lugares a las que las mías
nunca me llevaron.
Cuando niño revisaba el mundo
por si le faltaba algo,
visitaba los ríos para ver bailar al agua
ascendía a las copas de los arboles
porque la ultima hoja debía estar sola,
espiaba los hormigueros
tirado en el suelo
intentando pillar
a las hormigas cantando,
pues alguien me dijo:
lo que tienen de tímidas
lo tienen de virtuosas.
Y aun así, con esa imaginación
esperando que la realidad
no me quitase confianza
cogí mi primer libro,
entonces fue cuando me asaltó
la poesía, ella me tradujo la tierra
el mundo se ensanchó tanto
que aún me cuesta respirar
cuando mis manos sujetan
paginas que alguien escribió
en su dormitorio del alma.