Me crecieron varios odios,
el más famoso
el odio a los espejos
que devuelven todo
endurecido, aniquilado,
duermen con sus cercos
de cromo el tiempo,
devuelven su opinión
sin habérsela pedido,
esconden
que la verdadera fiesta
está en los sueños
y el cuerpo,
que el placer se siente
en un lugar aparte,
nos aborrecen
porque los construyeron
quebradizos.
Una pequeña guerra.

2 respuestas a “Una pequeña guerra.”
devuelven su opinión
si(n) habérsela pedido,
Tienes un gazapo. Me gusto mucho el poema, Lorenzo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias, no me había dado cuenta, me alegra que te haya gustado.
Me gustaLe gusta a 1 persona