El viajero adormece al camino
encantando a las serpientes con su vértigo,
agarrando por las orejas sus miedos, sus rarezas
intenta ejercitarse a caminar con otras suelas
sobre diferentes pavimentos,
el turista forja regueras
repite la comedia o la tragedia
de su vida, a la que arrastra
con una medio mueca
encalando con sus manías
cualquier muralla que pisa.
Quizá a ratos aquí, o allí,
donde vivamos
adonde vayamos,
trabajando,
sentados en nuestra silla,
alternando condición
convirtamos la vida,
nuestro único viaje,
en parque temático
pero también, puede
que la sorpresa
y el aprendizaje
nos sitúe a cada segundo…
( los que miden los segundos
afirman su misma duración
y como sabemos de buena tinta
los que nos rodeamos de realidad
un segundo se parece a otro segundo
como entre si los copos de nieve)
…nos sitúe a cada segundo ante la brecha
el dilema de acomodarnos
o lanzarnos al placentero vacío,
nos sitúe a cada segundo sobre el pensamientos
la duda más que certeza, ese gusanillo
de encontrar en lo distinto eso que se nos parece.