Todas son nombres desiertos
en la blancura de la historia
escrita por ellas a la mitad,
de las que nos va quedando
si no la vasta y adoptada ausencia,
con una meticulosidad traicionera
el borrador hace desaparecer letras,
la mirada hacia el pasado
nos devuelve un páramo,
silencio dirigido a la voz
del hombre, del macho
especie de bucanero
que conquista galeras
y las lleva a puerto
con botín inmerecido,
miles de varones
de mediocridad manifiesta
serán recordados con nombre,
el anonimato de la historia
se ha construido con grandes mujeres,
con su impulso
nuestro impulso
sin nuestro miedo
a que nos arrebaten
el privilegio,
abandonando guiones prescritos
se podría comenzar
a reescribir la historia con igualdad,
todavía falta mucho,
pero si no encontramos
las palabras para comenzar
la gran batalla,
quedará más.