Cómo se paró el tiempo
sin de repente avisarte
con esa espada violenta
de sueño invernal,
la desolación se rompe
en cristales de abismo
la puerta se cierra
al futuro de un portazo
incontrolable e injusto,
el llanto no nos devuelve
su presencia pero el pecho
solamente sabe callar de dolor…
Siempre he escuchado
que las personas buenas
se van antes,
en este caso el dicho
no puede ser más verdad,
lo siento mucho.