Me da tanta pena contemplar
la hecatombe cáncer de Europa,
acompaña a nuestra historia
como una serpiente voluntariosa
entre los escombros de anteriores guerras,
y los cabecillas llevando
la capa al pueblo
que puede con todo,
y el pueblo la venda
del que delega su futuro
al aposento y al reclinatorio,
los borregos formamos pastores
con nuestra pantomima de gozo
los alimentamos con vítores
les acoplamos el biberón del ego
se convierten en masa, en lugar
por orden y gracias de un dios cegado
desaparecen alzándose a los cielos.
¡Qué nos cuiden los perros!
¡Qué nos muerdan los muslos!