La esquina de los anónimos

 

 

Hasta encontrar la dirección hacia la que nacer

ocurrieron un sinnúmero de historias

unas buenas, millones malas,

usurparon nuestra derrota, sería su traje de punto

ocuparon las calles con suelas de  chapa,

esperando el violento grito y el sueño

del espectador frontera que respire por ellos

alunizaron con discursos y eslóganes democráticos,

la gente, los que no son de un bando ni de otro

miraron con la perplejidad del que ocupa

la realidad y sus problemas,

todos perdiendo el tiempo, el buen tesoro

que rezuma sentidos y silencios,

perplejos, doloridos, cansados, temiendo

la desbandadas, los falsos paraísos, y los podios,

 

han reído desde que recuerde la historia por nosotros

usurpando nuestro nombre, nuestros proyectos

mientras llorábamos las penas en la esquina de los anónimos.

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