Contándote a ti no habrá nadie en la tierra que sea tú.

 

 

Has construido con cascotes

el santo día y también el escenario

el pisar el suelo de bizcocho

y recorrer con la mirada el techo,

 

has confundido el soñar con estar

y los golpes no han sonado a disfraz,

 

eres fruto y esmero, respeto y remilgo

antítesis del aire que acorrala tu voz,

 

al cantar el gorjeo es un ladrido

al escuchar los susurros estremecen,

dormiste más de lo necesario

y la vida desapareció sin interesarte,

 

dicen que no cambiamos

es la mentira más grande

¿qué es nacer y desaparecer?,

jugamos en la placeta al balón

y hoy esperamos mecernos

con el vaivén del finito

con la siembra de otoño

con los frutos de la última renovación,

y todavía así creemos

que nuestro centro y ombligo

es algo, pues no, será borrado.

 

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