Sin un motivo no se puede

                                                    

Ínfimo es el supuesto reino

de los agitadores,

en él administramos

nuestra mentira

insistiendo

que es verdad,

y en cuanto la substancia

se nos subleva

volvemos al caparazón

del conservadurismo,

 

ahondar en la respuesta

no culpar a la democracia

y si la fuerza nos asiste

morder el aire

para que se conmueva.

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