Cuando el dolor inservible interesa
entonces comprendes
que ya no es una travesura,
la soledad y tú anduvisteis
por los meandros y las voces
de esos dioses que balan,
verracos de bilis negra
píldoras y humos que producen cosquilleo,
y nadie te soltará
del apocalipsis ansiado
ni esas creencias en la fiesta eterna
ni esos folios de canciones erradas,
lloraran tu especie de éxtasis labrado
tu innato contoneo gutural de cobra,
aunque tu llamada desde la tortura
cohabite con nuestra nostalgia
nadie te traerá la sonrisa
nadie te comparecerá la vida
todos disfrutaremos de tu caída.