
La venda, la primavera
es un común sortilegio
mortal y desde luego
recóndito y sustancial,
rápido, gaseoso, tenaz
asido, y trenzado,
y si los nuevos tiempos
marcan que no hay nada nuevo
repetiremos el mantra,
a vestir muñecos
a sacar muñecas
a bailar la danza de la lluvia
que los antepasados
que no sabían aprender
sigan siendo nosotros.