
Tal vez, quizá cuando
hayamos inventado todo
descubramos el libro,
nos sumergiremos
en el vigor imperecedero
desde el silencio del universo,
nos sentaremos al borde del acantilado
y no veremos la consistencia de la destrucción,
volveremos a la esperanza de la página y el verso
en su cobijo representaremos los sueños,
bajo la manta iluminada recordaremos lo tierno
y en una mirada correspondida y su sonrojo
conseguiremos encontrar un febril pensamiento,
tendremos unas páginas, unas horas por delante, un sofá, una manta, un camino
un camino escogido…