Escribo
para saltar de verdad en verdad
canguro de la inconsistencia
cargado con la tensión muscular
torpe y desalado como el azúcar,
me recobro al instante del desafío
que comporta transgredirse a uno mismo
como si hubiera digerido años,
siempre una de las extremidades
adherida a una certeza, no sé desmoronarme
y podría destrozarme con la cordura,
necesito escribir para moverme
disfrazarme de tormenta con calma
rodear el santuario de las palabras
para anunciar con ellas como la vida
tropieza conmigo y no me deja indemne.