Le costó la historia ganarse una queja
y se materializó en sordera,
el camino no se deja domesticar,
dentro de la nariz el miedo y la esperanza
un sonido amargo trepando por la garganta,
no aspirando ser positiva esperó la tardanza
rota la espada, quedó caminar a otra etapa,
cuánto privilegio sentirse libre y encerrada
con esta espera eterna, soma y entrega
papel higiénico, restituciones, alborada,
…
En cambio la nada abarcó hasta ser clara
y eso que completó las etapas, ella sola,
predichas e ignotas, lúcidas y oscuras
una vida, un espejismo, bajando la cuesta
hasta verse en el espejo de la verdad
vieja, gastada, aunque su interior
más joven que el día que comenzó,
y como a todas mil promesas
y todas las indignidades concedidas,
…
Gritó tal vez sus ultimas sordopalabras
al menos las que tuvieron enjundia
el peso de las no dichas fue alto
las vieron hundirse sin promesas,
si el infierno hirviera como cuentan
la tierra habría sublimado, apagada.