Si el cuerpo me pide dolor
yo siempre se lo procuro
como un perrito faldero
que remonta la pierna
buscando la satisfacción
de su amo,
no sonrío por falta
de músculos para ello,
retozo a su antojo
y me limito a representar
cada pirueta que he aprendido.
El equilibrista del dolor

2 respuestas a “El equilibrista del dolor”
Precioso!!!!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias, me alegro que te lo parezca.
Me gustaMe gusta