Me atrevo a engañarme y a soñar

Porque no me queda otra
la desesperanza en trivial
hermana de la cúspide
y ahora no estamos en ella,
debemos subir una empinada pendiente
que nos pondrá a prueba,
la lejanía impuesta a los nuestros
que sentimos más cerca que nunca
nos hace soñar en abrazos y risas
con aquel dormir en la siesta
lleno de confort en el sofá de la tarde,

me hace falta engañarme
y acordarme de la voz de la gente
que no temía la mano y el beso
y decirme que aunque tarde
todo pasa,(esto sí es cierto)
y que ahora también puedo estar
recorriendo las calles si cierro los ojos
cerca de los míos si hablo con ellos
cerca del alma humana, cerca de la sanidad
de lo público, de pagar a hacienda
y que cuando los abra y todo esto suceda
hable con las mismas palabras
y sean realidad las mismas ideas.

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