Si los actores políticos no presentan soluciones a los problemas del capitalismo (salvaje)
el atractivo del fascismo resurgirá con su búsqueda constante de culpables externos,
con su control y represión de la sexualidad sobre todo la femenina
el énfasis a la identidad nacional y a la euforia de sentirse los elegidos
ridiculizando lo innovador que nos ha traído los problemas
enfrentándolo a lo tradicional, valorando la fuerza,
desconfiando de lo intelectual, usando vocabulario de tópicos,
ese llamamiento a una clase social cada vez más descontenta
removerá como cíclicamente ha hecho con toda sociedad
los cimientos de la libertad, tan denostada por el miedo,
el fascismo hoy se llama control, por un virus, de los individuos
fronteras, aranceles, Brexit, banderas ondeando su silencio
y su sombra sobre el suelo yermo, y las pisadas de hileras, y hormigas
que nos contienen a todos, nuestra diversidad e igualdad
que a mucho atemoriza, defienden también a ellos,
no cometamos los mismos errores de ningunear y asimilar conceptos,
buscar soluciones y no enemigos a estos problemas que se eternizan
avanzar en el conocimiento, proteger a los débiles, alabar la diferencia
salvaguardar la libertad sexual, de identidad, religiosa…discrepar,
ser modernos, no investirse de símbolos, eslóganes sencillos ocurrentes
casi siempre ofensivos, y sobre todo caminar con paso firme, sin dudas
hacia la ineludible revolución, la de la igualdad, alternativa curativa.