A veces se me olvida ponerme los ojos de ver

Y salgo a la calle a apacentar pensamientos
aturdirlos para encontrarlos dormidos a la vuelta,
pasa de largo la soledad, el alarido, la petición de apoyo
mientras yo camino como un artilugio
inmóvil de sí mismo, condenado a no significar,
las palabras que suelta mi boca son listas de objetos
experimentos de una esperanza a la que todo me empuja
de un camino trillado por infinitos linajes,
y aquella estructura ajada, ese árbol que no se alza
el mendigo invisible, la mujer que desaparece,
el niño envuelto en la negligencia del azúcar
son interlocutores extraños que regalan su invisibilidad
a un cosmos pequeño de nada pequeña,
voluntariamente soy ciego del alma
para que no me duela el autoritarismo
de una sociedad burguesa y enferma
camino sin cuencas, no me tropiezo
pero de llegar no llegaré, estupefacto
sonreiré sin más, rodeado de organismos
me adentraré en el silencio profundo,

si consigo zafarme de la inercia
me recordaré colocarme las lentes
antes los ojos de ver
luchar por la igualdad
y no salir al mundo desnudo de principios.

A %d blogueros les gusta esto: