Maldita la cultura
que vierte su propia ficción
empeñada en perpetuar
la ignominia mil años más,
intentando retroceder
con boca de aquellas y aquellos
que roban la realidad,
el despertar es todavía la lucha
es la voz en grito, es acorralar
el discurso embotado,
aquellos que dicen que todos
somos iguales: ¡se olvidan de todas!
El feminismo es la única revolución
posible, la más justa, en la que estamos ,
y que no nos paren los villanos a caballo
ni aquellos que traen la buena nueva
de que la igualdad se ha conseguido,
ellas son las que mueren por ser mujer
y aun peor, son las que viven con miedo
por ser mujer.
Las cuerdas se rompen
pero primero se deben tensar
las manos también rompen
acompañar es usarlas,
el cordón umbilical
que nos nutre de machismo
debe cortarse, que muera de hambre
que muera eso de nosotros y nosotras
que nos sigue convirtiendo
en invidentes del alma
en invidentes de realidad
en invidentes que realmente no hablan.