El ambiente se sienta de hinojos
confundiendo el origen
de sus pasos,
es tan bifronte
que reúne las miríadas o invenciones
y las sonríe,
para luego llorar
con la fantasía
de un mundo tan bueno y barato
como qué por él vendieron
toda nuestra serenidad,
la contradicción es su ventana
el vástago ardiente que persiguen
comprueba tras el humo que la sangre arde,
arden los ligamentos, arde la palabra
y gimotean los ojos viendo por bendición última,
la llama,
dos mundos iguales y enfrentados
dos banderas enarboladas al futuro
con astas afinadas,
sombras que dan sombra
a cuerpos desnudos sin brillo
recorren las calles, son suyas
el reino que siempre fue
renace en espiritual república.
Roznan a voz en grito y mano al pecho:
Al sorber el agua de mi mejor tierra
envasada en mi mejor plástico
escarbo en mis mejores prejuicios
para volver sobre mi mejor ombligo
a decirme soy el mejor del establo
pues soy la concentración de mí mismo.