El frío

 

 

Si el frío fuese alma

qué fría llegaría mi sangre

a dormitar entre la vida,

mi espejo atemporal

que rezuma besos, caricias

crujiría ante ríos de tormenta,

tiritaría sin celo

sin fe, sin causa,

 

si mi frío fuese yo

al dolor insoportable

lo asfixiaría

ahogándolo con quimeras,

 

si nuestro frío no se fuese

el abrigo más pesado

sería usado para escapar

del último espejismo,

no bastarían reglas

ni juegos,

no bastarían días

ni siglos,

lo que allí viésemos

habría ya pasado.

Una respuesta a “El frío”

  1. Y si mi frío fuese medible, elegiría el abrigo de capas, que me calentara.

    Le gusta a 1 persona

A %d blogueros les gusta esto: