¿Qué se acerca más a la libertad?

 

Entre los seres autómatas que algún día se construirán podrían encuadrarse hoy, sin esperar al mañana, esta especie que se cree tan libre y racional, la humana, solo habría que alejarse, observar de lejos para percatarse de lo previsibles que somos, nos movemos en masa por carreteras y caminos, nos encerramos en colonias  con miles y millones de congéneres produciendo un ruido ensordecedor, como bandadas de pájaros sin alas, el movimiento general desde la lejanía asemeja al de un solo animal dividido en corpúsculos. Al acercarse y preguntarles, estas pequeñas células con forma humana te responderían que son libres de moverse y de realizar sus deseos. Es otra cualidad nuestra, la de mentirnos. Nadie lo puede hacer mejor que uno mismo.

No es flor de un día, se produce a base de perseverancia y una estructuración del pensamiento, un bombardeo incesante de mensajes que nos dictan al pie de la letra, sobre todo subrayan los límites. En esta sociedad de medios de comunicación, de religiones, partidos políticos, en este escenario se nos pasa la vida perdiendo, perdiendo la niñez, la juventud, el movimiento, la memoria, el sueño, la dignidad, el futuro, la alegría…y por último la vida, aunque técnicamente no la perdamos, es un préstamo concedido por el tiempo. La potencialidad para realizar lo que queramos con ella si vamos obviándola durante su transcurso.

Conozco existencias que se acercan a la libertad, a veces la consiguen, los grandes poetas, pintores, escultores…pretenden otros caminos, salen un día a caminar y donde nunca imaginó nadie pasos, ellos colocan sus pies, a veces con miedo, otras con arrojo, tal vez se hundan y eso duela lo inimaginable, otras dancen, y en eso consista la felicidad más plena.

Cuando uno contempla, por ejemplo, los bisontes de las cuevas de Altamira, aunque sea la réplica construida en Madrid en el Arqueológico, respira al menos unos segundos aire con otro sabor, escucha el trote y el sentimiento que produjo en ese o esa artista la contemplación de una máquina de músculo y pelo corriendo por llanuras infinitas, siente el deseo y el sueño de apresar los sentimientos envueltos en la atmósfera, en el resoplido vaporoso y enérgico. El arte empuja a que ganemos, nos quiere influir pero por el lado del pensamiento y lo más recóndito, no pretende que olvidemos que nacimos, que estamos y no estaremos, que somos y no seremos, el arte rellena esos huecos con existencia y no con olvido. ¿Qué se acerca más a la libertad?

 

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