Acostumbramos a tener ojos para no ver

 

 

Cómo se ríe la mar,

la luna

construye su camino blanco

hacia los ojos cerrados

para que nos venga a visitar,

la mar suple

el silencio desvaneciéndose

entre la noche,

mientras, ella sin remordimientos,

y los seres

que circundamos

su camino

trepanando el deseo,

durmiendo

en otra arena

a la que no llegan

las inmundicias

que flotan en la marea,

 

serán reyes

de su girar en el cosmos,

serán infantes

de su vientre inactivo,

ya nadie ríe

la mar ríe

porque no escucha

nuestras blasfemias,

porque no es capaz

de verse,

de escucharse,

de sentirse,

espera de nosotros un espejo

nosotros esperamos de ella un grito.

.

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