Ay esta vieja y torpe Europa, cuantos grillos tiene en la cabeza, se quiere parecer a veces a la nación Estadounidense y rendirse a ese ímpetu juvenil de intentar adueñarse de cualquier territorio tanto mental como físico dejando el buen hacer para las ONGS, y otras se siente ñoña y se adentra con su ser más profundo en la escuela de Atenas, entrando en una especie de trance en el que se cree centro de la moral y de los derechos humanos, y entre tanto desdoblamiento de personalidad, en cualquiera de ellas se siente el mejor lugar donde vivir en la tierra, el ánimo lo tiene muy subido, se piensa que los que se juegan la vida cruzando el mar o desplazándose en los bajos de un camión, escondidos en las bodegas de un avión, saltando una frontera de cuchillas o electrificada… vienen por el Efecto llamada, llegan para adorarla, nadie se puede resistir a sus encantos.
Ay esta vieja Europa, no cuenta con el Efecto rechazo, todos escapan, huyen de unas condiciones míseras, de la muerte, de la opresión, de la falta de libertad. Tal vez no encontraron un lugar mejor donde marcharse, ni más cerca, estas en su camino, si pudieran te pasarían de largo, pero desgraciadamente no hay nada detrás…