En el arraigo sin remanso,
en el ahínco hundido en la poza
pululan los sueños mosquito
eclosionados en la charca política
algunos ninfa nadan despreocupados
los esfinges se posicionan intactos
los libélulas constriñen la piel del agua,
la esperanza de aprender se ahoga
todo es bueno o malo sin gradaciones,
y si aquella que construyó un pensamiento
que vertebraba el conocimiento con la duda
soñó una España que después de comprenderse
debía construirse con el conjunto
de los que sobre su suelo habitan,
si no es recordada como nuestro referente
somos pobres, pobres sin espíritu, pobres gentes…