Extraviado en el laberinto de mi ombligo.

Persigo la identidad con temor al infortunio

y a la razón inconexa que me sustenta,

solamente encuentro dolor y fatiga

que la libertad me retira la palabra

que las piernas se espigan delgadas

alejándome del suelo que me respalda,

no se si soy yo o es la duda quien me personifica

no sé si soy yo o es la nada quien me representa,

persigo perdiendo el tiempo un lugar

una características vacías y repetidas

y no aprovecho aquello cercano

un yo de andar por casa que alguien aprecie

un yo no gran cosa que a la tranquilidad se asemeje,

he perdido el tiempo buscando

cuando no había nada que encontrarse,

todavía queda el mañana

para empeñarme en la búsqueda

un círculo vicioso, un viejo terco

ere que erre, no aprende a pararse

ni a jugar con las palabras

no sabe, contra ellas no se puede.

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