Somos lo que de niños pudimos.

 

El lugar no se añora

es un error del entendimiento,

es la niñez  la que se echa en falta,

cuando se huele por vez primera

la col cociendo mojando el techo,

o se ve subir un gato por una tapia

como si fuese un ángel sin peso,

o se escuchan los murmullos

de unos padres haciendo cuentas,

o se sale a la calle con la capa

del abrigo jugando con el viento,

las primeras veces la vida es ajena

es infinita de matices hoy abotargados,

se lleva la verdad por delante

los pies pegados al cuerpo

y la cabeza planeando nubes.

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