No estuve muerto hasta que aparecieron los intrusos. En la soledad es imposible estar muerto. Para resucitar debo suprimir a los testigos. No existo, no sospecharan su destrucción. (Bioy Casares en La invención de Morel.)

 

Doble de fantasmas para una substancia

doble de agujeros para una existencia,

en el reinado de la habitación sola

un gusano se atreve a pedir ayuda,

agosto y una luna, una voz que apaga

las velas del pasillo que se adentra,

enero y un sol, el mutismo aflora

como el manantial que a siglos desagua,

muerto antes de la vida

muerto después de la vida,

en medio viendo caer evidencias

desamparar a niños, niñas

en el vientre de la madurez

pie delante de pie,

confluyendo en sombras.

3 respuestas a “No estuve muerto hasta que aparecieron los intrusos. En la soledad es imposible estar muerto. Para resucitar debo suprimir a los testigos. No existo, no sospecharan su destrucción. (Bioy Casares en La invención de Morel.)”

  1. Todo lo que escribe me gusta. Se nota que lleva la poesía entre venas. Mi enhorabuena

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    1. Gracias por tu comentario.

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  2. Es lo que siento cuando te leo.

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