El animal que allí se guardase
sería tan asombroso
que hoy nacerían
miles como él,
horadaría el suelo
surcando el aburrimiento
y asomaría sus ojos
entre los barrotes
para reflejar al público
en su iris oscuro,
acudiríamos a contemplarlo
dudando de que fuese espejo,
respetando su miedo
duplicándolo con el nuestro,
y seguiríamos este absurdo baile
que renuncia a mover los pies
girando, girando, mil años
sin apartar las razas y las sangres
mil años sin espejo
atascados, miserables.
Una respuesta a “Nacionalista tú. No, tú. No, tú. No, tú… Cuelga tú.”
Buenísimo.
Me gustaLe gusta a 1 persona